
Se descubrió que el 48% de la grasa porcina son ácidos grasos mono insaturados del tipo oleico (característico del aceite de oliva). La ingesta de este tipo de grasa contribuye a reducir los niveles de colesterol total en sangre a expensas del llamado colesterol malo o LDL y aumentar la relación con el llamado colesterol bueno o HDL. La carne de cerdo posee niveles de colesterol semejantes a las otras carnes y puede ser usada en la alimentación de personas sanas o del grupo de riesgo, porque un buen churrasquito de 100 gramos de lomo de porcino proporciona apenas 42 a 50 mg de colesterol, cerca del 20% del total de 300 mg permitidos.